Las mujeres de EE.UU. tienen una probabilidad de 1 entre 8 de ser diagnosticadas de cáncer en seno , lo que hace que la enfermedad sea una prioridad para todas nosotras. Los datos muestran que sólo entre el 5 y el 10% de los casos se deben a factores hereditarios, lo que significa que todos corremos un riesgo. Aunque no podamos controlar si desarrollamos un cáncer, e incluso para los que ya nos hemos enfrentado a la enfermedad, hay varias medidas proactivas que podemos adoptar para intentar mantener nuestro cuerpo lo más sano posible. He aquí algunas prácticas que no sólo pueden reducir nuestro riesgo de cáncer, sino que también nos permiten controlar mejor nuestra salud y bienestar general.
1. Controlar nuestro peso.
Controlar un peso saludable es difícil para la mayoría de nosotros. De hecho, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), más del 70% de los adultos estadounidenses tienen sobrepeso. Como mujeres, el sobrepeso o la obesidad después de la menopausia pueden aumentar el riesgo de cáncer de seno , porque después de que nuestros ovarios dejan de producir estrógeno, la mayor parte del estrógeno de nuestro cuerpo proviene del tejido graso. En otras palabras, tener más grasa puede elevar nuestros niveles de estrógeno y, a su vez, aumentar nuestra probabilidad de desarrollar cáncer. Cuando tenemos sobrepeso, también tendemos a tener niveles más altos de insulina, otra hormona que conlleva factores de riesgo. Para contrarrestar estos factores, es importante controlar nuestro peso haciendo ejercicio y comiendo de forma saludable.1
2. Limitar el consumo de alcohol.
Las investigaciones demuestran sistemáticamente que el consumo de bebidas alcohólicas, como la cerveza, el vino y los cócteles a base de licor, aumenta el riesgo de padecer cáncer de receptores hormonales seno . El alcohol aumenta los niveles de estrógeno y progesterona, además de causar daños en el ADN. Más concretamente, las mujeres que consumen un mínimo de tres bebidas alcohólicas a la semana tienen un 15% más de posibilidades de padecer cáncer de seno . Algunos expertos afirman incluso que el riesgo aumenta otro 10% por cada bebida adicional que las mujeres consumen a diario.2 Así pues, la recomendación general es limitarse a menos de una bebida al día, ya que incluso pequeñas cantidades pueden suponer una amenaza.3
3. Dejar de fumar.
No es ninguna sorpresa que fumar sea malo para nosotros, pero también es un enorme factor de riesgo para muchos tipos de cáncer, incluido seno. Los estudios han demostrado una fuerte conexión entre el consumo de tabaco y el cáncer seno , especialmente en mujeres jóvenes y premenopáusicas.4 ¡Y el vapeo no es una excepción! Las investigaciones también indican una relación entre la fuerte exposición al humo de segunda mano y el cáncer seno en mujeres posmenopáusicas. La inhalación de tabaco también puede complicar el tratamiento, como el daño a los pulmones por la radioterapia, la dificultad de curación después de la cirugía y una mayor propensión a desarrollar coágulos de sangre cuando se toma la terapia hormonal.5
4. Evitar la exposición a la radiación y a la contaminación ambiental.
Estudios recientes han identificado una correlación entre el cáncer de seno y la exposición a la radiación, específicamente en el caso de personas que viven en lugares geográficos con altos niveles de radiación aérea o que se han sometido a métodos de imagen médica de alta dosis. Aunque las exploraciones son a menudo un mal necesario de la vida, es importante preguntar a nuestros médicos sobre las mamografías de baja dosis o los métodos de imagen alternativos, como las resonancias magnéticas, que no implican tal exposición. Cada vez que viajamos en avión, nos exponemos a pequeñas dosis de radiación, así como cada vez que pasamos por los escáneres de cuerpo entero de la TSA. Pero ¿sabía usted que podemos optar por no utilizarlos? Lo único que tenemos que hacer es informar al agente de la TSA en el puesto de control, y éste nos dirigirá a otra zona en la que nos revisará a mano una empleada (¡merece la pena!). Por último, si somos más conscientes de las posibles fuentes de sustancias químicas y subproductos insalubres en nuestros alimentos, podemos ayudar a desintoxicar aún más nuestro cuerpo.6
5. Amamantar a nuestros hijos.
Aunque no todas las mujeres pueden dar el pecho debido a complicaciones de salud u otras razones personales, la lactancia materna está relacionada con una disminución del riesgo de cáncer pre y postmenopáusico seno . Especialmente para aquellas que lo hacen durante más de los 6 meses recomendados, la lactancia puede tener un efecto protector, debido a la disminución de la exposición a los estrógenos durante toda la vida. Durante el embarazo y la lactancia, también nos desprendemos del tejido de seno , y este desprendimiento puede eliminar las células que tienen un daño potencial en el ADN.7
6. Consumir una dieta más sana y limpia.
Ninguna dieta puede evitarnos un diagnóstico, pero algunos alimentos pueden reforzar nuestro sistema inmunitario y ayudar a mantener el riesgo de padecer cáncer en seno lo más bajo posible.8 Para ayudar a prevenir el desarrollo o la progresión del cáncer, se recomienda comer una variedad de frutas y verduras (orgánicas y crudas), fibra (granos enteros, frijoles y legumbres), grasas omega saludables, fuentes ricas en vitamina D y otras vitaminas, especias con propiedades antiinflamatorias, y principalmente alimentos de origen vegetal que contengan antioxidantes. Evita el alcohol, el azúcar refinado, los lácteos, las grasas no saludables, las carnes de baja calidad y los alimentos procesados.8
7. Manténgase físicamente activo.
Volviendo a nuestra primera recomendación sobre el control del peso corporal, el ejercicio es una de las mejores maneras de hacerlo. Mantenerse físicamente activo también puede proporcionar apoyo a nuestro cuerpo durante el tratamiento, y si acudimos a un procedimiento en buena forma, nuestra fuerza a menudo nos permitirá recuperarnos más rápidamente. ¿El objetivo? Intentar realizar al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada, o 75 minutos de actividad aeróbica vigorosa cada semana, además de entrenamiento de fuerza al menos dos veces por semana.9
¿Qué más podemos hacer?
Estar atentas! Revisar nuestros pechos el primero de cada mes, e informar inmediatamente a los médicos de cualquier hallazgo, como cambios en la piel, una nueva mancha o secreción. Además, es importante informarse sobre el momento óptimo para empezar a realizar mamografías u otras opciones de cribado preventivo en función de nuestro historial personal.
Hay muchos aspectos de la vida que escapan a nuestro control, incluido el cáncer. Sin embargo, a veces ejercer el control sobre las pequeñas cosas puede hacernos sentir que estamos haciendo todo lo posible para estar bien. Y mantener un estilo de vida saludable puede incluso mejorar nuestro pronóstico ante la enfermedad. Al centrarnos en nuestro cuerpo, mente y bienestar espiritual, podemos mejorar la calidad de vida y promover más felicidad para nosotros y nuestros seres queridos.
"Cuidar tu cuerpo, tu mente y tu espíritu es tu mayor y más grande responsabilidad. Se trata de escuchar las necesidades de tu alma y luego honrarlas". - Kristi Ling
Escrito por los principales periodistas de Everviolet. WISDOM se enorgullece de colaborar con Everviolet, una empresa de lencería femenina y ropa de descanso diseñada para cuidar los cambios que se producen en el cuerpo de la mujer tras el tratamiento del cáncer seno y otros cambios vitales significativos. Visite www.everviolet.com para ver el artículo original.